//El caballo y el calor: hidratación e insectos

El caballo y el calor: hidratación e insectos

Con la entrada del verano damos la bienvenida a la época más calurosa del año. En España, especialmente en ciertas provincias, se alcanzan temperaturas muy elevadas, superiores incluso a los 40oC. Por ello, debemos tener conocimiento de los efectos que supone el calor en nuestros caballos y, por supuesto, cómo prevenirlos.

Cuando el caballo se encuentra en libertad, él mismo cambia su rutina. Por el contrario, cuando el caballo se encuentra estabulado en una hípica, en un box o en un prado, nosotros seremos los responsables de cambiar su manejo diario.

Vigilar la hidratación, la alimentación o el horario de salidas serán algunas de las medidas que tendremos que tomar.

¿CÓMO AFECTA EL CALOR AL CABALLO?

El calor provoca un aumento de temperatura corporal en el animal. Al subir por encima de los niveles fisiológicos (de 37,5 a 38,2), su organismo reacciona de forma automática para reducir esa temperatura.

Entre los síntomas más comunes originados por el calor se identifican:

  • Lenta recuperación de la frecuencia cardiaca
  • Aumento de la frecuencia respiratoria
  • Sudoración excesiva, deshidratación y pérdida de electrolitos
  • Cansancio, fatiga y agotamiento general
  • Disminución del rendimiento deportivo
  • Torpeza y sofoco en la actividad ecuestre
  • Negativa a repetir ejercicios de trabajo

¿CÓMO PODEMOS PREVENIRLO?

Para combatir las adversidades provocadas por el calor en el caballo debemos tomar una serie de medidas básicas. Entre las más habituales destacan:

  • Protección del sol: es muy importante proporcionar sombras al caballo, con independencia de dónde esté estabulado.
  • Estado de la cuadra: ubicar al caballo en espacios donde haya ligeras corrientes y humedecer ligeramente la cama para evitar el polvo.
  • Adaptación del trabajo: realizar los entrenamientos evitando las horas centrales del día, en las que el sol aprieta con más fuerza, y disminuir la intensidad de la actividad deportiva.
  • Vigilar la temperatura: las duchas con asiduidad tras el ejercicio nos ayudan a disminuir rápidamente la temperatura en el cuerpo del animal. Asimismo, el esquilado es otro elemento que facilita esta tarea.
  • Hidratación: debemos potenciar que el caballo beba ad libitum; es decir, que no disponga de restricción de agua. De hecho, puede beber hasta 8 litros en 15 minutos después del ejercicio sin ningún problema. Para incentivar la ingesta de agua, también podemos administrarle piedras de sal (que despiertan la sed del animal), darle el pienso con agua y/o aportar electrolitos.

LA IMPORTANCIA DE LOS ELECTROLITOS

Como hemos comentado, el caballo regula la temperatura de su organismo mediante una sudoración intensiva. Esto hace que no solo pierda agua sino también una cantidad considerable de electrolitos esenciales.

Un nivel bajo de electrolitos puede causar un bajo rendimiento deportivo del caballo debido a la deshidratación. Del mismo modo, puede causarle problemas musculares como el síndrome de rabdomiolisis o tying up y la acumulación de ácido láctico en los músculos.

Dicha pérdida de electrolitos se hace aún mayor cuando se intensifica el entrenamiento, especialmente en días calurosos. Esto evidencia aún más la importancia de una rutina de suministro de electrolitos en la dieta. Así, se mantiene en plena forma al caballo en competición, asegurando su óptimo rendimiento.

Desde Equinvest recomendamos la gama de electrolitos de TRM, que dispone de diversas presentaciones: en polvo (Isopro 2000 y Electrolyte Gold), líquida (Superlyte Syrup) y en pasta (Superlyte paste).  Su inmejorable calidad permitirá asegurar a nuestro caballo la recuperación y el equilibrio de sales minerales; además, le proporcionarán potencia, palatabilidad y una alta absorción de vitaminas antioxidantes para obtener los mejores resultados en la competición. 

LOS INSECTOS Y SU AFECCIÓN EN EQUINOS

La época estival es el momento en el que la mayoría de los insectos desarrollan su ciclo biológico, por lo que aparecen numerosos insectos voladores como las moscas, los mosquitos o los tábanos, que pueden dificultar el bienestar de nuestro caballo.

A la hora de la monta, la molestia ocasionada por los insectos puede llegar a ser peligrosa, ya que algunos caballos llegan a asustarse al oír un tábano o una mosca cerca de ellos. Por otro lado, los mosquitos y sus picaduras pueden provocar hipersensibilidad en el caballo, dando lugar a una reacción cutánea acompañada de gran picor.

Para evitar las afecciones provocadas por estos insectos podemos tomar varias medidas. Entre ellas, encontramos las mantas antimoscas con forma de red. Estas permiten la transpiración e impiden que se posen los mosquitos y las moscas.

La aplicación de insecticidas también ayuda a superar las molestias generadas por los insectos. Encontramos insecticidas para aplicar sobre el caballo, como el Pody (pulverizable), y otros para aplicar sobre superficies como la cuadra, como el Alphi 10% (en polvo). Todos ellos cuentan con un espectacular efecto atrayente y gran persistencia (hasta 6-8 semanas).

Por último, podemos actuar desde el organismo de nuestro caballo, con la administración de productos naturales en la dieta. Desde Equinvest, recomendamos incluir el suplemento Garlic Powder de TRM, compuesto al 100% de ajo en polvo. Su aporte en la alimentación supone la excreción del ajo, siendo el repelente natural más efectivo contra las moscas. Su uso disminuye el número de moscas en los establos y durante el ejercicio.

Por | 2021-08-06T09:36:06+02:00 1 julio 2019|Cuidados equinos|

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