Un correcto manejo de las heridas del caballo es fundamental para mantener una correcta salud de nuestro animal. Una herida se define como una discontinuidad de la piel; en el caso de los caballos, el lugar en el que solemos encontrarnos estás lesiones con mayor frecuencia es en las extremidades.
La piel es uno de los órganos más extensos e importantes de cualquier animal, ya que posee diversas funciones como la protección frente a agentes externos o la regulación de la temperatura. Por ello, ante una herida debemos actuar lo más rápido posible, porque puede ser la puerta de entrada de multitud de gérmenes y acarrear graves infecciones.
Clasificación de las heridas del caballo
Las heridas del caballo se pueden clasificar atendiendo a diversas categorías:
Por la contaminación presente:
- Limpias
- Limpias-contaminadas
- Contaminadas
- Sucias-infectadas
Por la causa:
- Incisivas: es ocasionada por un objeto cortante, como un cuchillo o un vidrio. Los bordes de la herida están limpios y definidos. En este tipo de heridas, el sangrado suele ser abundante.
- Laceraciones: se trata de una herida con desgarro.
- Avulsiones: una herida por arrancamiento es un desgarro violento, parcial o completo de la piel y el tejido subyacente.
- Punzantes: es producida por un objeto punzante, como un clavo. La gravedad de la herida del caballo depende de la profundidad y de si daña nervios o vasos sanguíneos.
¿Cómo podemos tratar las heridas del caballo?
Frente una herida debemos realizar un examen exhaustivo. Podemos conocer el alcance de la lesión en un primer vistazo, divisando si están afectados vasos, órganos o existe presencia de cuerpos extraños dentro de la misma.
En el caso de las heridas, es muy importante mantener la zona lo más limpia posible. El pelo del animal es una fuente de suciedad e infecciones por lo que, en la mayoría de los casos, se procederá a rasurar la zona afectada si es necesario y factible.
Si las heridas del caballo son visiblemente graves, lo más recomendable es avisar a nuestro veterinario de confianza. Él será el encargado de realizar un diagnóstico e indicar un tratamiento adecuado para la afección de nuestro caballo.
¿Cómo curar una herida a un caballo?
El primer paso que debemos seguir es la limpieza. Es importante limpiar la herida con agua o suero para retirar así los posibles cuerpos extraños, suciedad y restos de tejidos o sangre, de modo que podamos valorar de forma correcta la gravedad de la herida del caballo.
A continuación, procederemos a la desinfección de la herida con productos específicos y, en caso de que sea necesario, se realizará una sutura o se aplicarán grapas tisulares.
Por último, podemos aplicar un producto de uso tópico para favorecer la cicatrización o prevenir una posible infección, como los sprays de aluminio o con formulación antibiótica.
Existen multitud de productos en el mercado para la limpieza y cuidado de las heridas del caballo. A continuación, recomendamos algunos de los más comunes y eficaces:
- Cremas para heridas del caballo: diseñadas para el cuidado cutáneo del caballo, estas cremas permiten que las rozaduras y abrasiones producidas por agresiones mecánicas o térmicas tengan un correcto porcentaje de agua para una adecuada cicatrización. Debido a su efecto reparador y de film protector, protegen y aíslan la piel para que pueda regenerarse correctamente. Por ejemplo, Equizal es una crema natural protectora perfecta para el cuidado cutáneo del caballo. Enriquecida con cera de abeja, árbol de té, zinc y lanolina, es especialmente adecuada para la aplicación externa a los caballos que trabajan en condiciones de humedad, barro o bien en superficies arenosas o abrasivas. Otra opción perfecta sería el Plushealing.
- Sprays con aluminio micronizado: funcionan como coadyuvantes en el proceso de cicatrización de heridas del caballo externas. Por ejemplo, el Alunivet o el Aluspray poseen propiedades astringentes; es decir, favorecen la precipitación de las proteínas, lo que explica su beneficiosa acción sobre la cicatrización. Este efecto astringente atribuye además cierta actividad antimicrobiana. La adherencia de la capa obtenida favorece una buena protección de los tejidos contra la suciedad y los insectos.
- Sprays con antibióticos: se usan como desinfectante en las heridas del caballo. Están indicados en la prevención de infecciones en heridas sucias o heridas que, por su localización, pueden contaminarse fácilmente. Este tipo de productos son de uso exclusivo veterinario y, por tanto, deben utilizarse únicamente bajo prescripción.
En resumen, ante las heridas del caballo, debemos actuar lo más rápido posible, ya que una pequeña herida, dependiendo de la localización, puede ser la puerta de entrada de multitud de gérmenes. Esto puede conllevar graves consecuencias, por lo que un buen manejo de las heridas en el caballo es fundamental para mantener una correcta salud de nuestro animal.
Finalmente, contar con el diseño de una página web es fundamental para encontrar suplementos equinos y encontrar los productos adecuados para las heridas de tu caballo.